El origen del roscón parece estar
relacionado con las saturnales romanas, fiestas dedicadas al dios Saturno para
que el pueblo romano en general pudiera celebrar los días más largos que
llegaban tras el solsticio de invierno. Para ello, se elaboraban unas tortas
redondas con higos, dátiles y miel, las cuales se repartían por igual entre los
plebeyos y esclavos. En el siglo III, se empezó a esconder en el interior del
postre un haba seca, y al que le tocaba lo llamaban 'Rey de reyes' durante un
corto periodo de tiempo.
En Francia se prepara la Couronne
des Rois, que es idéntica al Roscón de Reyes que todos conocemos, y la Galette
des Rois, que se hace con masa de hojaldre y se puede rellenar con una crema a
base de almendras molidas, azúcar, algo de mantequilla y yema de huevo.
Aunque la tradición de comer el
roscón y todo lo que conllevaba ya era conocida en España, Felipe V trajo la
nueva modalidad de introducir una moneda como premio, que con los años se
cambió por una figurita de cerámica.
En México, la tradición fue
importada en el siglo XVI desde España, y desde entonces se acostumbra a
merendar la Rosca de Reyes con chocolate caliente o con atole.
Aunque el roscón de Reyes
original no suele llevar ningún ingrediente extra, desde el último tercio del
siglo XX se preparan variedades con nata, crema, crema de chocolate o cabello
de ángel en su interior, y suele contener uno o más regalos o
"sorpresas", dependiendo del tamaño de la rosca.
De acuerdo a la tradición, el
Roscón de Reyes representa una corona y los frutos confitados simbolizan las
joyas incrustadas en las coronas de los Reyes Magos. Asimismo, el niño que se
esconde en el roscón simboliza al niño Jesús, que fue escondido por María y
José para salvarlo de Herodes cuando mandó a sacrificar a todos los niños.
Comer la rosca se relaciona con
la comunión con Jesús y Dios. El muñeco escondido es una forma de representar
al niño Jesús que los Reyes Magos no encontraban porque la estrella
desaparecía. Según la tradición, quien encuentre al niño en el pedazo de rosca
tendrá que cuidarlo hasta el 2 de febrero, vestirlo y presentarlo al templo,
como lo hizo la Virgen María.
Receta gracias al chef Nilo Do
Carmo.
Ingredientes
Para masa base de levadura
60 gramos de levadura fresca
500 mililitros de leche o agua
tibia
1 kilo de harina
Para la rosca
600 gramos de azúcar sin refinar
14 huevos
1/2 cucharadita de sal
2 kilos de harina
1 kilo de mantequilla
Ralladura de 1 naranja
Té de hozas de azahar
Frutas cubiertas (higo, cerezas,
limón, pasitas y nueces)
Figuritas de Plástico de Niño
Jesús
Huevo para barnizar
Modo de preparación
Empieza por preparar la masa base
de levadura. Incorpora los ingredientes hasta que quede una pasta consistente y
sin grumos. Colócala sobre un pedazo de papel film con un poco de aceite para
que no se pegue. Deja reposar en un ambiente cálido para que duplique su
tamaño.
Mientras, divide las frutas
cubiertas, pica finamente una parte y corta en tiritas largas la otra, para el
adorno final. Una vez que la masa ha duplicado su tamaño, comienza a batir el
resto de los ingredientes. En un tazón agrega la mantequilla y bate junto a la
sal y el azúcar para crear una crema. Agrega los huevos, la harina y la masa
junto a la ralladura de naranja.
Ahora, bate toda la preparación
hasta que la mezcla luzca lista. Después sírvela sobre una fuente para horno y
déjala por algunas horas hasta que se duplique. Divide en dos y trabájala con
un rodillo sobre una superficie enharinada. Extiende hasta formar un
rectángulo. En el medio de este debe ir la fruta y la figura del niño. Cubre la
parte central con los laterales para formar un rectángulo delgado y armar la
rosca en una fuente para horno. Barniza con el huevo y decora a tu gusto con
fruta picada y azúcar. Hornea a 180° C durante 25 minutos y a disfrutar.
Por: Norvil Pérez
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