Kiko Moya dio inició a este panel comentando cómo es el modelo de negocio en el restaurante L’Escaleta. Mencionó que cuentan con un ideario de cocina el cual consiste en tener una cocina sostenible donde sumen las técnicas ancestrales y de vanguardia, además de estimular las sensaciones, ser muy locales para llegar a un público universal y no poner muchas cosas en el plato. “Hay que eliminar lo superfluo del plato. Para mí, los ingredientes principales son dos o tres elementos”, señaló.
También destacó el trato directo con los clientes y la importancia que tiene el equipo de trabajo: “Cuanto mejor eres, mejor tiene que ser tu equipo. El equipo es básico en nuestro restaurante”, comentó.
Más adelante, Moya comentó sobre el perfil del turista gastronómico, el cual es de alto poder adquisitivo con inquietudes culturales y de respeto al entorno, aspectos a los que debe de apuntar el trabajo vinculado a este sector.
También sostuvo que la herramienta más poderosa que tiene el sector gastronómico en el Perú son los estudiantes, jóvenes con ganas de aprender y hacer bien las cosas. “Todo empieza en ustedes que tienen la tradición, el conocimiento y el criterio para aplicarla en un mundo cada vez más global”, señaló. Finalmente, pidió no dejar de lado a los productores y agricultores quienes trabajan la tierra y hacen posible la producción de los insumos.
Más adelante, José del Castillo, gerente de la cadena La Red y propietario del restaurante Isolina, realizó su ponencia en base a su experiencia personal en los negocios que maneja.
Del Castillo comentó que uno de los pilares de su empresa es la cocina tradicional familiar que llevó al restaurante. Basado en esa experiencia, estableció una serie de desafíos para los próximos años. “En la actualidad no podemos conservar un negocio sin pensar en lo que podemos trascender, en el impacto en el medio ambiente y en los recursos”, comentó.
Señaló que, como empresario, es importante siempre respetar las vedas y los ciclos productivos, priorizar la salud en los alimentos y asumir nuevas tecnologías. Además, comentó que este negocio implica la necesidad de transmitir conocimientos e historias a los comensales sobre un producto en particular. “En el futuro será una obligación contar historias de los productos y de quienes lo producen”. El empresario también se refirió a su Cocina Glocal (recetas globales traídas al mercado local) y al uso de insumos cercanos conociendo su procedencia, tiempo de producción, entre otros aspectos.
A su turno, Daniel Manrique, gerente de la cadena Segundo Muelle comenzó recordando cómo nació en él la inspiración, en su querido balneario de San Bartolo, para crear el restaurante Segundo Muelle.
Una de las claves para lograr el existo alcanzado por la cadena de restaurantes Segundo Muelle ha sido la pasión que le ponen a su trabajo, además de la creatividad y la innovación que le ponen a cada uno de sus platos. “Contamos con gente apasionada en lo que hace. Quien no le pone pasión, creatividad e innovación, es muy difícil que tenga éxito”, señaló.
Manrique también se refirió al trato que brindan a sus clientes. “Siempre tenemos que pensar en que la gente que nos visita son nuestros amigos. No los miramos con signos de dinero sino que los vemos como nuestros amigos y los tratamos como tal”, comentó.
En ese sentido, según explicó, Segundo Muelle cuenta con un equipo comprometido en sorprender a sus clientes con una enorme variedad de sabores, nuevos platos que son una mezcla de la cocina internacional con la peruana, con productos saludables y frescos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario